Cómo diseñar buenos productos de perfilado: el origen de la brújula Dallan
Cuando empecé a trabajar en Dallan, mi padre me explicaba que, para poder ofrecer soluciones a los clientes, había que estudiar mucho y conocer el producto y las soluciones de cada sector al menos tanto como ellos.
Esto es totalmente cierto y necesario.
También por este motivo en Dallan llegamos a adquirir competencias especiales en algunos sectores como el acabado de interiores –perfiles para cartón-yeso, FTD y falsos techos– y la protección solar –persianas y venecianas– en los que se nos considera especialistas. En efecto, muchos clientes vienen a visitarnos para encontrar nuevas ideas sobre nuevos productos que quieren ofrecer en su mercado.
Extraído del libro «La Revolución de la Eficiencia»
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Mi padre me enseñó que la calidad de un perfil y la facilidad de su producción pasan por un diseño cuidado.
Por eso, estableció la regla de que todas las demandas que llegasen de los clientes, ya fuese una muestra, un diseño en papel o electrónico, tenían que ser rediseñadas por nuestro servicio técnico.
Hay que tener en cuenta múltiples parámetros y se tienen que tomar algunas precauciones en cuanto a la concepción del perfil.
Esto concierne a un gran número de elementos cuya importancia hemos descubierto con el paso de los años. Aquí señalo algunos de los más importantes:
- La función del perfil
- Su compatibilidad con accesorios y otros perfiles
- La forma y los radios de plegado
- El tipo de revestimiento
- La presencia de película protectora
- La función del lubrificante
- El retorno elástico del material
- Las características del material
- La optimización del material y de la materia prima
A menudo, se buscan formas más complejas fabricadas con materiales más finos y menor transformación, tratando de mantener la misma rigidez y función.
En definitiva, se trata de un proceso de Design for Manufacturing, es decir, diseñamos el producto para que se pueda producir –de forma fácil– con la tecnología de perfilado.
Ya antes de fundar Dallan con su pequeño estudio técnico, mi padre era diseñador e incluso hoy con 75 años sigue sintiéndose como tal.
Cuando quiso elegir un símbolo para Dallan, optó por el compás para indicar que en Dallan la calidad del producto acabado empieza por la calidad del proyecto y del estudio del perfil del cliente. Todo está planeado con precisión.
Al principio, el compás estuvo colocado sobre una rejilla hasta finales de 2018, cuando decidimos cambiar el logotipo de la empresa para modernizar y mejorar la visibilidad de la insignia de Dallan.
Cuando nuestro responsable de marketing y la agencia que nos hacía el seguimiento propusieron quitar el compás, mi padre dijo: “Cuando convenzáis a Ferrari de que retire el caballito encabritado, Dallan quitará el compás”.
Y fue un magnífico consejo porque, en efecto, el compás representa a la perfección la filosofía de trabajo de Dallan, que se centra por completo en escuchar a los clientes y en la calidad del proyecto.
La concepción basada en este principio permite obtener un perfil reproductible, funcional y fácil de gestionar. De este modo, no se necesita personal especializado para manejar los sistemas.
Pero para lograr el resultado obtenido por mis clientes, el principio de la excelencia también debe guiar nuestras opciones de gestión, de proyecto, constructivas y, sobre todo, la elección de los materiales de construcción y la selección del personal.
En 2008, registramos una marca: “DALLAN TECHNOLOGY FOR EXCELLENCE”. A una empresa italiana de la competencia, el concepto le gustó tanto que lo copió.
Por suerte, no basta con usar la palabra “excelencia”. Desde 1978, mi padre me ha enseñado que las patentes eran el principal motor de la innovación de nuestra empresa ¡y durante estos años registramos más de cien empresas!
Nuestras patentes van de simples innovaciones como el Vernier (que aplicamos en todos los grupos Combi para simplificar su regulación) a patentes de productos auténticos como las fijaciones de los FTD y los sistemas de fijación para las persianas.
En nuestra opinión, la innovación es un proceso dinámico. Las tecnologías tienen que ser cada vez más fáciles de usar y suministrarle un producto y un resultado de calidad excelente al cliente.
Y esto solo podremos conseguirlo con una colaboración cada vez más estrecha con nuestros clientes, para mejorar todavía más nuestras máquinas y prestaciones.
Extraído del libro «La Revolución de la Eficiencia»
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Andrea Dallan
CEO – Dallan Spa